Tuesday, December 30, 2008

El Estado como Fuente de Capital, y el Estado como Protector de éste
Por: Manuel C. Martínez M.



La desigualdad combinada entre países y sociedades altamente industrializadas y las menos ind. es notoria y sistemática, es ínsita al modo de producción capitalista que baña al planeta.Sobre esa realidad no hallamos con países naturalmente dotados de riquezas útiles al progreso de todos sin distingos de ninguna otra índole diferente al grado de desarrollo tecnológico. Sólo países altamente tecnificados necesitan abundante hierro, Cu y otros elementos y sustancias ligados a la mecanización y confort modernos. Estos últimos son del otro tipo.Nos hallamos con países pletóricos de gentes con muy baja productividad listas para su empleo como obreros rasos, bajos salarios y/o marginación forzosa e irreflexiva. El lumpen y el asalariado permanentemente pobre derivan y se engendran en este tipo de sociedad.Encontramos países con una mano de obra de primerísima calidad y con numerosos técnicos y científicos, no menos asalariados pero muy bien remunerados y difícilmente marginables. Por lo general sus trenes burocráticos de baja corruptividad y sus servicios públicos son satisfactorios.Nos enfrentamos con Estados “armados hasta los dientes”, con misiles y dispositivos bélicos nucleares, bioquímicos y teledirigibles. Y nos hallamos con países económicamente limitados a la compra de armas ya obsoletas y de menor competencia defensiva y ofensiva irreflexivamente comprada a los países mejor dotados de estas mercancías.Ambos, los Estados predotados de mucha riqueza, potencialmente útil para terceros, y los Estados que necesitan esa riqueza, forman la pareja mundial del Estado Moderno.Este Estado moderno reviste, pues, dos modalidades básicas:1.- Los Estados que son Fuente de capital, y 2.- aquellos que como instituciones políticas son verdaderos Protectores y defensores del capital acumuladamente poseído por los industriales más importantes de su sociedad. Su burocracia garantiza el confort alcanzado y la propiedad privada. Pero hay más: muchos Estados sólo sirven para crear y multiplicar problemas sociales, y para cobrar impuestos y trasegarlos a pseudoempresarios o vividores del Fisco nacional propio de esos Estados que se alimentan de las riquezas naturales que ya citamos más arriba.Esos Estados dotados de riqueza natural también sirven para alimentar y dotar de Capital a los burócratas de alto rango que en ventajista rebatiña llegan al poder con anuencia de aquellos vividores y de los gobernantes e industriales de los Estados protectores del capital.Cuando caemos en la cuenta de semejantes diferencias estatales no podemos menos que cuestionar el Estado usado como fuente de capital, sin alabar ni desear al Estado protector de capital porque este suele alimentarse de aquél para garantizar el sostenimiento y crecimiento de su propio desarrollo industrial y del confort ciudadano ya alcanzado y mejorable.

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Monday, October 20, 2008

Noam Chomsky
Noam Chomsky

El desarrollo de una campaña presidencial norteamericana simultánea al desenlace de la crisis de los mercados financieros ofrece una de esas ocasiones en que los sistemas político y económico revelan vigorosamente su naturaleza.

Puede que la pasión por la campaña no sea una cosa universalmente compartida, pero casi todo el mundo puede percatarse de la ansiedad desatada por la ejecución hipotecaria de un millón de hogares, así como de la preocupación por los riesgos que corren los puestos de trabajo, los ahorros y la asistencia sanitaria.

Las propuestas iniciales de Bush para lidiar con la crisis apestaban a tal punto a totalitarismo, que no tardaron en ser modificadas. Bajo intensa presión de los lobbies, fueron reformuladas "para claro beneficio de las mayores instituciones del sistema… una forma de deshacerse de los activos sin necesidad de fracasar o casi", según describió el asunto James Rickards, quien negoció en su día, por parte del fondo de cobertura de derivados financieros Long Term Capital Managemen, su rescate federat en 1998, recordándonos ahora, de paso, que estamos pisando vía ya trillada. Los orígenes inmediatos del presente desplome están en el colapso de la burbuja inmobiliaria supervisada por el presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, quien sostuvo la cuitada economía de los años de Bush amalgamando el gasto en consumo fundado en deuda con la toma de préstamos del exterior. Pero las raíces son más profundas. En parte, se hallan en el triunfo de la liberalización financiera de los últimos 30 años, es decir, en las políticas consistentes en liberar a los mercados lo más posible de regulación estatal.

Las medidas tomadas a este respecto, como era predecible, incrementaron la frecuencia y la profundidad de los reveses económicos graves, y ahora estamos ante la amenaza de que se desencadene la peor crisis desde la Gran Depresión.

También resultaba predecible que los reducidos sectores que se hicieron con los enormes beneficios dimanantes de la liberalización llamarían a una intervención masiva del estado, a fin de rescatar a las instituciones financieras colapsadas.

Tal intervencionismo es un rasgo característico del capitalismo de estado, aunque la escala actual es inaudita. Un estudio de los investigadores en economía internacional Winfried Ruigrok y Rob van Tulder encontró hace 15 años que, al menos 20 compañías entre las 100 primeras en el ranquin de la revista Fortune, no habrían sobrevivido si no hubieran sido salvadas por sus respectivos gobiernos, y que muchas, entre las 80 restantes, obtuvieron substanciales ganancias por la vía de pedir a los gobiernos que "socializaran sus pérdidas", como hoy en el rescate financiado por el sufrido contribuyente. Tal intervención pública "ha sido la regla, más que la excepción, en los dos últimos siglos", concluían.

En una sociedad democrática que funcionara, una campaña política tendría que abordar estos asuntos fundamentales, mirar a la raíz de las causas y de los remedios, y proponer los medios a través de los cuales el pueblo que sufre las consecuencias pudiera llegar a ejercer un control efectivo.

El mercado financiero "deprecia el riesgo" y es "sistemáticamente ineficiente", como escribieron hace ya una década los economistas John Eatwell y Lance Taylor, alertando de los peligros gravísimos que entrañaba la liberalización financiera y mostrando los costes en que, por su causa, se había ya incurrido. Además, propusieron soluciones que, huelga decirlo, fueron ignoradas. Un factor de peso es la incapacidad para calcular los costes que recaen sobre quienes no participan en las transacciones. Esas "externalidades" pueden ser enormes. La ignorancia del riesgo sistémico lleva a una aceptación de riesgos mayor de la que se daría en una economía eficiente, y eso incluso adoptando los criterios más estrictos.

La tarea de las instituciones financieras es arriesgarse y, si están bien gestionadas, asegurar que las pérdidas potenciales en que ellas mismas puedan incurrir quedarán cubiertas. El énfasis hay que ponerlo en "ellas mismas". Bajo las normas del capitalismo de estado, no es asunto suyo tomar en cuenta los costes que para otros puedan tener –las "externalidades" de una supervivencia decente— unas prácticas que lleven, como suelen, a crisis financieras.

La liberalización financiera tiene efectos mucho más allá de la economía. Hace bastante tiempo que se comprendió que era un arma poderosa contra la democracia. El movimiento libre de los capitales crea lo que algunos han llamado un "parlamento virtual" de inversores y prestamistas que controlan de cerca los programas gubernamentales y "votan" contra ellos, si los consideran "irracionales", es decir, si son en beneficio del pueblo, y no del poder privado concentrado.

Los inversores y los prestamistas pueden "votar" con la fuga de capitales, con ataques a las divisas y con otros instrumentos que les sirve en bandeja la liberalización financiera. Esa es una de las razones por las que el sistema de Bretton Woods, establecido por los EEUU y la Gran Bretaña tras la II Guerra Mundial, instituyó controles de capitales y reguló el mercado de divisas. (1)

La Gran Depresión y la Guerra pusieron en marcha poderosas corrientes democráticas radicales que iban desde la resistencia antifascista hasta las organizaciones de la clase obrera. Esas presiones hicieron necesario que se toleraran políticas sociales democráticas. El sistema de Bretton Woods fue, en parte, concebido para crear un espacio en el que la acción gubernamental pudiera responder a la voluntad pública ciudadana, es decir, para permitir cierto grado de democracia.

John Maynard Keynes, el negociador británico, consideró como el logro más importante de Bretton Woods el de haber establecido el derecho de los gobiernos a restringir los movimientos de capitales.

Por espectacular contraste, en la fase neoliberal que siguió al desplome del sistema de Bretton Woods en los años 70, el Tesoro estadounidense contempla ahora la libre movilidad de los capitales como un "derecho fundamental", a diferencia, ni que decir tiene, de los pretendidos "derechos" garantizados por la Declaración Universal de Derechos Humanos: derecho a la salud, a la educación, al empleo decente, a la seguridad, y otros derechos que las administraciones de Reagan y Bush han displicentemente considerado como "cartas a Santa Claus", "ridículos" o meros "mitos".

En los primeros años, la gente no se hizo mayores problemas con el asunto. Las razones de ello las ha estudiado Barry Eichengreen en su historia, impecablemente académica, del sistema monetario. Allí se explica que, en el siglo XIX, los gobiernos "todavía no estaban politizados por el sufragio universal masculino, el sindicalismo y los partidos obreros parlamentarios". Por consiguiente, los graves costes impuestos por el parlamento virtual podían ser transferidos a la población general.

Pero con la radicalización de la población y de la opinión pública acontecida durante la Gran Depresión y la guerra antifascista, se privó de ese lujo al poder y a la riqueza privados. De aquí que en el sistema de Bretton Woods "los límites a la democracia como fuente de resistencia a las presiones del mercado fueran substituidos por límites a la movilidad del capital".

El obvio corolario es que, tras la desmantelación del sistema de posguerra, la democracia se ha visto restringida. Se ha hecho, por consiguiente, necesario controlar y marginar de algún modo a la población y a la opinión pública, procesos particularmente evidentes en las sociedades más aproadas al mundo de los negocios, como los EEUU. La gestión de las extravagancias electorales por parte de la industria de relaciones públicas constituye una buena ilustración.

"La política es la sombra que la gran empresa proyecta sobre la sociedad", concluyó en su día el más grande filósofo social norteamericano del siglo XX, John Dewey, y así seguirá siendo, mientras el poder resida "en los negocios para beneficio privado a través de un control sobre la banca, sobre el suelo y sobre la industria, un poder que se ve ahora reforzado por el control sobre la prensa, sobre los periodistas y sobre otros medios de publicidad y propaganda".

Los EEUU tienen, en efecto, un sistema de un sólo partido, el partido de los negocios, con dos facciones, republicanos y demócratas. Hay diferencias entre ellos. En su estudio sobre La democracia desigual: la economía política de la nueva Era de la Codicia, Larry Bartels muestra que durante las pasadas seis décadas "los ingresos reales de las familias de clase media crecieron dos veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos, mientras que los ingresos reales de las familias pobres de clase trabajadora crecieron seis veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos".

Esas diferencias se pueden ver también en estas elecciones. Los votantes deberían tenerlas en cuenta, pero sin hacerse ilusiones sobre los partidos políticos, y reconociendo el patrón regular que, durante los últimos siglos, ha venido revelando que la legislación progresista y el bienestar social siempre han sido conquistas de las luchas populares, nunca regalos de los de arriba.

Esas luchas siguen ciclos de éxitos y retrocesos. Han de librarse cada día, no sólo cada cuatro años, y siempre con la mira puesta en la creación de una sociedad genuinamente democrática, capaz de dar respuesta dondequiera, en las urnas no menos que en el puesto de trabajo.

NOTA: (1) El sistema de Bretton Woods de gestión financiera global fue creado por 730 delegados procedentes de 44 naciones aliadas en la II Guerra Mundial que acudieron a una Conferencia Monetaria y Financiera organizada por la ONU en el hotel Mont Washington en Bretton Woods, New Hampshire, en 1944. Bretton Woods, que colapsó en 1971, era el sistema de normas, instituciones y procedimientos que regulaban el sistema monetario internacional y bajo cuyos auspicios se creó el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (IBRD, por sus siglas en inglés) –ahora una de las cinco instituciones que componen el Grupo del Banco Mundial— y el Fondo Monetario Internacional, que echaron a andar en 1945.El rasgo principal de Bretton Woods era la obligación de todos los países de adoptar una política monetaria que mantuviera dentro de unos valores fijos la tasa de cambio de su moneda. El sistema colapsó, cuando los EEUU suspendieron la convertibilidad al oro del dólar. Eso creó la insólita situación por la que el dólar llegó a convertirse en la "moneda de reserva" para los oros países que estaban en Bretton Woods.
Noam Chomsky, el intelectual vivo más citado y figura emblemática de la resistencia antiimperialista mundial, es profesor emérito de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachussets en Cambridge y autor del libro Imperial Ambitions: Conversations on the Post-9/11 World.

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Tuesday, October 14, 2008

El Nuevo Herald confirma que la liberación de Ingrid Betancourt ya estaba negociada mediante la traición de dos guerrilleros y que Uribe sólo los engañó





Dos abogados colombianos que hasta ahora guardaron el secreto han contado a El Nuevo Herald los detalles de sus gestiones con guerrilleros y funcionarios de Colombia y Estados Unidos. Ya estaba totalmente acordada la traición de dos mandos guerrilleros que entregarían a los dos estadounidenses secuestrados a cambio de una fuerte suma de dinero ofrecida por los servicios de inteligencia estadounidenses. Los dos guerrilleros podían terminar asilados en Francia. Sin embargo, el gobierno de Colombia interceptó la operación para atribuirse los honores del rescate, los dos guerrilleros creían estar entregando a los retenidos según lo negociado y acabaron burlados.

Esta versión se ajusta perfectamente a la argumentada por la dirección de las FARC, quien afirmó que fue traicionada por los dos mandos responsables de la custodia, y demostraría que el gobierno Uribe sólo se dedicó a interceptar -y poner en serio peligro- una negociación que ya estaba cerrada. El gobierno de Colombia camufló aviones militares con color blanco para que pareciesen de una organización humanitaria y disfrazó a los militares de miembros de la Cruz Roja y periodistas de Telesur sin importarle violar la Convención de Ginebra. De esta forma, los dos guerrilleros creían estar entregando a los secuestrados según lo negociado y terminaron engañados. Y, de paso, se creaba suficiente desconfianza en la guerrilla para cerrar cualquier otro posible acuerdo humanitario.


Detalles inéditos de la Operación



Los helicopteros de fabricación rusa utilizados por el ejército fueron pintados de blanco para la operación

A medida que pasa el tiempo, se conocen nuevos detalles de los esfuerzos que se hacían tras bastidores en varias partes del mundo para buscar una solución a la angustiosa situación de un grupo de secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre quienes se encontraban la ex congresista Ingrid Betancourt y tres contratistas del gobierno de Estados Unidos.

Dos abogados colombianos que guardaron en secreto su participación en uno de esos esfuerzos, le contaron a El Nuevo Herald los detalles de sus gestiones con guerrilleros y funcionarios de Colombia y Estados Unidos.

Carlos Arturo Toro López, uno de los abogados que más casos de extradición ha llevado en Colombia, y su colega, que prefirió no ser identificado, sostienen que cuando escucharon la propuesta que hicieron intermediarios de las FARC para la liberación del grupo de secuestrados, contactaron a la embajada de Estados Unidos en Bogotá.

Según ellos, se comunicaron con funcionarios de agencias federales de inteligencia de Estados Unidos, incluido el Buró Federal de Investigaciones (FBI), así como con una fiscal colombiana especializada de la división de antiterrorismo y un agente especial del CTI [Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General de Colombia] que estuvo al tanto durante todo el proceso.

También contactaron al abogado penalista de Atlanta, Georgia, Jeffrey Manciagli, quien agregó al grupo a un socio suyo. Ambos aceptaron encargarse de llevar el caso ante las autoridades norteamericanas, porque "si tú negocias aquí [Colombia] y no negocias con los gringos, no has negociado nada'', dijo el socio de Toro López en diálogo con este reportero.

Los dos penalistas colombianos y Manciagli comenzaron a preparar la entrega de secuestrados a través de un fluido cruce de correos electrónicos al cual El Nuevo Herald tuvo acceso.

El 21 de mayo le informaban a Manciagli: "Como sabes, estamos tratando de llevar a cabo una negociación muy importante, donde necesitaríamos tu colaboración para cuadrar la compensación por la gestión profesional de nosotros y la cual debe desarrollarse en tu país. De otro lado, de ser cierto los acercamientos que estamos haciendo sobre el tema, tendrías que viajar a Colombia en estos días [. . .] ¿podemos contar contigo?"

El 5 de junio los dos abogados colombianos insistieron en la necesidad de que Manciagli viajara a Colombia, a lo cual éste respondió: "Lo que sí puedo confirmar es que el gobierno americano ofrece una recompensa de $350,000 por los tres [estadounidenses] y que el gobierno tiene un fondo de $100,000,000 para dar recompensa para los que logran la libertad de ellos y a Ingrid. Estoy muy interesado en esto''.

El asunto avanzaba y el 23 de junio Manciagli ya tenía un socio para el caso y ese día le escribió a Toro López: "Hablé con mi colega [aquí el nombre del colega] y está listo tan pronto sea necesario. O lo llevo a Colombia dos veces, pero tiene casi dos años que no ha ido y tiene muchas ganas de regresar. Esperamos lo mejor. Atentos saludos, Jeffrey''.

El contacto principal que mantuvo el puente entre los abogados y los dos carceleros de las FARC expuso que ‘‘ellos van a dar unas coordenadas a las que hay que llegar en helicópteros, los dos guerrilleros se subirán con los rehenes, se producirá la liberación y se les debe garantizar que no van a ser extraditados a Estados Unidos'', contó el abogado no identificado.

"Un requisito que quedó muy claro era que no se iba a hacer ni un solo disparo porque la zona a la que llegarían los helicópteros iba a estar llena de guerrilleros y en caso de comenzar un tiroteo los dos jefes de las FARC se pondrían con sus fusiles del lado de su gente'', agregó el abogado no identificado.

Cuando el plan de entrega planteado por las FARC estaba claro, los abogados hablaron con un funcionario del FBI, con otro de la Agencia de Lucha contra las Drogas (DEA), y otras agencias.

"Los gringos [de las agencias de inteligencia] mostraron total interés'', contó el abogado no identificado.

‘‘Nos dijeron que apenas hubiera algo concreto ellos entrarían a aportar todo el asesoramiento, el apoyo y todo lo que fuera necesario'', pero "ellos decían que para dar el primer paso se necesitaban indefectiblemente pruebas de supervivencia, pero nunca las hubo''.

Simultáneamente, antes de llegar a la liberación física de los rehenes, los abogados colombianos le dieron al contacto principal copias de un poder de representación judicial que debía llevarles hasta la clandestinidad a Antonio Aguilar, alias César, y Alexander Farfán, alias Enrique Gafas, para que los firmaran autorizando las gestiones y el mandato que iban a llevar a cabo.

El Nuevo Herald obtuvo copia del poder en que los dos abogados colombianos previeron la mayor cantidad posible de circunstancias para actuar que incluía "aproximaciones, contactos, consultas...", con autoridades con el objeto de acordar "todo lo atinente al suministro por mi parte, de información sobre temas específicos de interés para la seguridad nacional y la paz del país, en especial, dentro del marco de la política de seguridad democrática del actual gobierno de Colombia, que pudieran conducir al descubrimiento y la incautación de bienes en general, armas, material de intendencia, instalaciones estratégicas y valores de procedencia ilícita, y/o a la localización y captura de personas miembros de grupos armados al margen de la ley''.

Copias del poder les fueron entregadas a oficiales de las agencias de inteligencia estadounidenses, a la fiscalía colombiana y al agente especial del CTI que asistió a todo el proceso. Por los días en que los abogados se cruzaban correos electrónicos y mantenían al tanto del asunto a agentes legales y policiales de los dos países, el presidente de Francia, Nicolás Sarcozy, estaba empeñado personalmente en una campaña por la liberación de Ingrid Berancourt, quien tiene nacionalidad francesa. Sarkozy había ofrecido dar asilo a los guerrilleros que liberaran a rehenes de manera unilateral.

Mientras las copias del poder viajaban hacia el sur de Colombia en manos del intermediario para que las firmaran los dos carceleros en sus guaridas amazónicas, el 13 de junio del 2008 el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, reveló que Ingrid Betancourt aparentemente formaría parte de un grupo de secuestrados que iban a ser liberados por guerrilleros que esperaban beneficios a cambio, entre ellos el de no ser extraditados a Estados Unidos.

"A un guerrillero que está ofreciendo que va a entregar a Ingrid Betancourt y a otros secuestrados, se le mandó una carta que él pidió. La mandó la directora del DAS [policía secreta] con mi autorización, de que si cumple con eso no se le extradita. Ojalá esto sea verdad'', dijo Uribe aquel 13 de junio durante un discurso en Bogotá pronunciado en un foro llamado Inseguridad, dolor evitable, al que asistieron varios ex presidentes de América Latina.

Dos días después, el comité de apoyo a Betancourt que funcionó durante años en París pidió ayuda del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para obtener la liberación de los secuestrados en poder de las FARC, incluyendo a los tres ex militares estadounidenses contratistas del Pentágono (Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes), quienes quedaron en poder de las FARC el 13 de febrero del 2003, cuando cayó a tierra en el departamento de Caquetá el avión Cessna Caravan-208 que tripulaban durante un vuelo de rutina en busca de plantíos de coca y de posiciones guerrilleras.

"Pedimos a George W. Bush que haga todo lo posible para que sus conciudadanos y todos los rehenes de las FARC sean liberados por fin, en condiciones que garanticen su supervivencia'', pidió el Comité con motivo de una visita de dos días de Bush a Francia en el desarrollo de una gira por Europa.

Con las firmas otorgando poderes a los abogados el proyecto entraría en la etapa final: los secuestrados serían liberados y saldrían de la selva en dos helicópteros junto con sus dos principales carceleros. Estos quedarían al amparo de un tercer país, preferiblemente Francia, para recibir asilo.

Pero el emisario que debía regresar con el poder firmado comenzó a tardar. Los abogados creen que habían transcurrido unos 15 días cuando fueron sorprendidos por las noticias el 2 de julio: los tres estadounidenses, Ingrid Betancourt y 11 militares y policías colombianos habían sido liberados en el transcurso de una operación de rescate "exactamente igual a la que nosotros habíamos preparado''.

La única diferencia consistía en que los mandos militares colombianos sostenían que los dos jefes carceleros habían sido engañados por los servicios de inteligencia, que los redujeron a golpes y con sedantes en pleno vuelo mientras los rehenes comenzaron a saltar emocionados dentro de uno de los helicópteros después que un oficial les anunció: "Somos el Ejército de Colombia, están libres''.

Dos helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana habían sido pintados de blanco y rojo simulando ser de rescate y salvamento y eran tripulados por oficiales encubiertos que sacaron a los secuestrados fingiendo ser una misión humanitaria internacional que los llevaría, junto con los carceleros, hasta el campamento clandestino de Guillermo Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano, máximo jefe de la organización terrorista.

"Bueno, otra cosa que resultó distinta fue lo de Aguilar y Farfán. No estaba previsto que quedaran presos ni que fueran a ser extraditados a Estados Unidos'', contó el abogado no identificado.

Mientras la prensa internacional transmitía la noticia de la liberación, Manciagli, confundido, escribió un correo electrónico a sus colegas colombianos:

"Es muy buena noticia que han liberado a estos rehenes. Pero tengo mis dudas que pasó como todos están diciendo. No creo que fue un rescate''.

En conversación con El Nuevo Herald, Manciagli expuso:

"A mí me pareció muy extraña la manera como están diciendo que todo eso pasó, que los engañaron [a los carceleros de las FARC]. No creo la historia que dieron. Para mí, no fue así pero cuando eso salió en las noticias la primera cosa que yo pensé es que era un engaño, porque, como digo, me habían hablado exactamente de ese tema unas dos o tres semanas antes, el doctor Toro''.

Manciagli sostiene: "Mi hipótesis es que sí había una negociación y que ellos [los guerrilleros] pensaron que estaban entregando a esa gente como habían negociado. Pero el gobierno [de Colombia] quiso tomar el crédito para ganar más publicidad y todo lo que viene. Eso es lo que yo creo''.

La liberación es reclamada por Colombia como un rescate genial de su inteligencia militar y así es reconocida internacionalmente.

Hace dos semanas los abogados defensores de los dos carceleros, los penalistas Rodolfo Ríos y Eduardo Matías, aseguran que agentes del FBI habrían participado en la Operación Jaque y renunciaron a ejercer la defensa alegando que sus clientes los habrían engañado ocultándoles información valiosa sobre el caso.

A raíz de la protesta de Ríos y Matías se supo que en el pedido estadounidense a Colombia para la extradición de Aguilar y Farfán se revela que el FBI posee una computadora de este último. Esto, de acuerdo con los defensores, lo desconocía la propia justicia colombiana.

"Conocimos en la solicitud de extradición, hace apenas cinco días, que al momento de la captura de Alexander Farfán le fue incautado por agentes del FBI un computador con valiosa información'', dijo uno de los abogados defensores de los carceleros cuando anunciaron su renuncia.

"Se ha convertido al defensor en un simple espectador, sencillamente para que se simule que hay defensa como requisito formal, pero totalmente limitada en el ejercicio de la defensa técnica y de refutación de prueba'', agregó.

Ríos y Matías protestaron también porque, aseguran, durante los dos meses en que ejercieron la defensa de los terroristas no pudieron conocer el contenido de grabaciones hechas a conversaciones que Aguilar había sostenido con miembros de la jefatura de las FARC a través de teléfonos satelitales y comunicaciones radiales.

Los abogados también protestaron porque no les entregaron copias de grabaciones inéditas de video que alias Farfán filmó durante la entrega de los rehenes con una cámara que le fue incautada cuando fue arrestado a bordo del helicóptero.

El informe policial en que se basa el pedido de extradición de los dos carceleros, elaborado por el agente del FBI, Lázaro Andino, asegura que de acuerdo con la información en el computador incautado se ha podido determinar que Farfán viajó a Brasil en el 2003 para cambiar un cargamento de cocaína por armas de guerra.

En cuanto a Aguilar, el informe dice que durante el 2007 hizo múltiples llamadas a una empresa telefónica de Estados Unidos con el objeto de que le indicaran cómo manejar un teléfono satelital que le había dado, a cambio de cocaína, el narcotraficante colombiano José María Corredor Ibagué.

Estos vínculos con el narcotráfico son los puntales para conseguir que la Corte Suprema de Justicia de Colombia conceda la extradición de los dos hombres.

¿En qué punto los abogados contactados para la entrega de los rehenes salieron del libreto y en cuál los terroristas carceleros perdieron la posibilidad de obtener los beneficios que pedían a cambio de su gesto de ‘buena voluntad' ''?

Una fuente de la fiscalía colombiana que confirmó la versión de los abogados, aportó una hipótesis a El Nuevo Herald. Una atractiva guerrillera, con el alias de Doris Adriana, que estuvo en las FARC desde los 16 hasta los 36 años, era amante de Aguilar en el momento de caer en manos de las autoridades colombianas en febrero del 2008.

Contactada por agentes de inteligencia estadounidenses en la cárcel, a última hora habría hecho el papel intermediario que les quitaron a los abogados. De este modo, los amantes podrían volver a reunirse. De ser así, se le debería a Doris Adriana una buena parte del éxito de la Operación Jaque.

Toro López, su colega colombiano y Manciagli no creen por completo en la versión oficial colombiana sobre el rescate.

Cualquier conversación con ellos sobre este caso termina entre risas con una anécdota, contada por el abogado no identificado.

"Apenas se conoció la liberación comenzaron a llamarnos amigos del FBI, de la policía y de la fiscalía para felicitarnos. Hay quienes no quieren creer que nosotros no pudimos llegar hasta el final de lo que salió calcado a lo que planeamos desde mayo''.

Friday, October 03, 2008

Tlatelolco, 2 de octubre. Cuarenta aniversario de la masacre














Decenas de miles de personas han participado en las movilizaciones para conmemorar el 40 aniversario de la matanza de Tlatelolco, que culminó con un mitin.

Estudiantes y miembros de diversas organizaciones sociales llegaron a la plaza del Zócalo de la ciudad de México luego que salieron de varios puntos para conmemorar el 40 aniversario de la matanza del 2 de octubre de 1968. Un primer contingente, integrado en su mayoría por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entró por la calle de 5 de mayo al Zócalo, proveniente de la Plaza de las Tres Culturas.

El grupo que salió del Museo Nacional de Antropología e Historia avanzó por Paseo de la Reforma y en él participaron Carlos Monsiváis, Raúl Alvarez Garín, Jesús Martín del Campo y Pablo Gómez, quienes participaron en el movimiento estudiantil del 68. En la nutrida columna se observan pancartas que exigen que no se privatice el petróleo, libertad a los presos de Atenco, y que termine la persecución contra Lucía Moret.

Otra marcha salió de la Escuela Normal Superior de Maestros y desembocó en el Zócalo por la calle de Madero; una más, de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, salió de Zacatenco hacia la Plaza de las Tres Culturas, de donde avanzó a la Plaza de la Constitución.

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El 2 de octubre de 1968 el Ejército mexicano intervenía contra las manifestaciones del movimiento estudiantil que se estaba celebrando en la plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco) en la capital mexicana. Hasta la fecha no se sabe el número de muertos, ni le de los desaparecidos que nunca aparecieron, esta ocultación junto con el castigo a los culpables son dos temas pendientes cuarenta años después. Diez días después comenzaban las Olimpiadas en esta misma ciudad, ningún país occidental movió un dedo como protesta ante este crimen, actitud que contrasta con la mantenida ante las olimpiadas de Beijing de este año.

La prensa, la Iglesia, el Gobierno y en especial la Secretaria de Gobernación, el ejercito, la Procuraduría de la República, la policía fueron todos culpables o cómplices de los hechos, de la ocultación y de la impunidad que perdura. Con este dossier SODEPAZ se suma a las acciones de conmemoración de esta fecha .

Thursday, September 11, 2008

Celia.

Cuando Celia nos pidió el año pasado, en junio del 2007, que presentáramos en Argentina su libro Apuntes revolucionarios. Cuba, Venezuela y el socialismo internacional ([Buenos Aires, Fundación Federico Engels, 2007], colección de artículos suyos de internet, en gran parte publicados por nuestro común amigo y compañero Luciano Alzaga, quien mucho contribuyó a difundir el pensamiento de Celia y a hacerla conocida fuera de Cuba) se lo dijimos públicamente. Allí recordamos esos dos trabajos "olvidados", previos al libro de Celia y precursores con treinta años de distancia del de ella. Lejos de cualquier petulancia o autosuficiencia, tan común entre algunos gurúes de la izquierda académica, ella ni se ofendió ni se enojó. No pretendía descubrir por enésima vez la pólvora. Con humildad extrema, casi exagerada, Celia respondió que ella se consideraba una "recién llegada" al mundo de la teoría política y social y reconocía que sus planteos hetorodoxos (se los mire por donde se los mire) no nacían de la nada, sino que prolongaban una tradición previa.

¡Esa era Celia! Ese gesto la pintaba de cuerpo entero. No necesitaba vanagloriarse de nada. Sencillamente porque tenía mucho para decir. Sólo los mediocres necesitan aferrarse a las formas, porque carecen de contenido propio. Esa noche, en la presentación de su libro, casi doscientos jóvenes desbordaron el lugar. Celia terminó hablando encaramada a una mesa, rodeada de un mar de militantes de diversas tribus de izquierda (no sólo argentina, hasta sandinistas había y Celia discutió con ellos, sin dejar de reivindicar la revolución de 1979). Ella sola logró reunir las diversas capillas de nuestra dividida izquierda, luego de años y años de hegemonía populista, reformista y posmoderna.

El propio Löwy hace referencia a Celia en su última investigación sobre el Che y el guevarismo actual. Cuando el investigador brasileño nos envió los borradores de un capítulo de su libro para recibir sugerencias y opiniones, le preguntamos: "¿No vas a incluir entre los guevaristas actuales al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) de Chile? ¿Y a Celia en Cuba?". Igualmente, con la misma humildad, el historiador e investigador los incluye en la edición final. Sobre ella, Löwy hace referencia allí a " los escritos fogosos de Celia Hart " destacándolos entre las últimas expresiones del guevarismo contemporáneo (Véase Michael Löwy y Olivier Besancenot: Che Guevara: una braise qui brûle encore [Che Guevara una brasa que todavía quema] París, Mille et une nuits, 2007. Capítulo "La herencia guevarista en América Latina". p. 153). Cuando ese libro ganó la calle, sus dos autores, inspirados en Trotsky pero también en el Che Guevara, fueron acusados inmediatamente —como si fuera algo gravísimo— de "guevaristas"...

Irrefrenable, repleta de entusiasmo militante, Celia escribía siempre con urgencia. Mandaba a sus amigos sus textos pidiendo observaciones de última hora, preguntaba en qué página de qué libro se encuentra tal o cual cita y así discutíamos, con franqueza, con lealtad, fraternalmente, sin dobles mensajes, sin calcular favores institucionales o conveniencias mezquinas.

El último intercambio que tuvimos fue sobre una subvariante del trotskismo argentino: el morenismo, corriente que la invitó por última vez a nuestro país. Cuando nos pidió nuestra opinión, volvimos a reiterarle lo que siempre le habíamos manifestado. Desde una posición de respeto por la abnegación de una militancia muchas veces sacrificada, considerábamos inocultable, y así se lo transmitimos a ella, la enorme distancia que separaba en el morenismo una retórica altisonante y una escritura encendida de una prolongada historia mundana, terrenal, en gran medida reformista. Le proporcionamos ejemplos concretos de la historia argentina que Celia no tenía porqué conocer. Conductas no siempre dignas ni decorosas que, a nuestro modo de ver, no derivaban de la "maldad" y menos de la "traición" individual de tal o cual dirigente político —por lo general esforzados y muy sacrificados— sino de una concepción y una estrategia política a nuestro modo de ver errónea, muchas veces acríticamente institucional y electoral.

A partir de este ejemplo puntual y de muchos otros interrogantes compartidos durante años, con Celia conversamos sobre las polémicas históricas que en su oportunidad enfrentaron a los partidarios de Nahuel Moreno con los de Mario Roberto Santucho, asesinado por la dictadura militar en 1976 (uno de los principales líderes del guevarismo en Argentina y en el cono sur latinoamericano —donde compartió trincheras y organizaciones con el chileno Miguel Enríquez, el uruguayo Raúl Sendic y los hermanos bolivianos Inti y Coco Peredo). Celia siempre me repetía la misma frase, me lo transmitió oralmente, cara a cara, en más de una conversación, y también por escrito: " Tú sabes, querido Néstor, que mi partido es el del Che Guevara y el de Robi Santucho ". Nunca me lo dejó de repetir.

Celia tenía insistencias. Una de ellas era la necesidad de diálogo real y unidad concreta entre las diversas izquierdas. No unidad con fracciones del poder sino unidad de las izquierdas, donde las diferencias no siempre son contradicciones antagónicas.

Por ejemplo, cuando en septiembre de 2007 el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara organizaron un corte de avenidas (Callao y Corrientes, en pleno centro porteño) y una clase pública en defensa de los presos políticos, Celia no falló. Junto a mensajes recibidos de todo el mundo, la extensa, emotiva y comprometida carta que Celia nos envió por los presos representó con dignidad la voz cubana en esa actividad unitaria, donde convergían corrientes muy diversas. Celia actuaba eludiendo cualquier tentación de guiarse por la razón de Estado. No tenía en mente ni priorizaba las relaciones diplomáticas entre el Estado de su país y el gobierno de Kirchner, sino que estaba más preocupada por la situación de los presos políticos argentinos entonces en huelga de hambre. Era lo más lógico.

Más tarde, el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara lanzaron la iniciativa de organizar un Seminario Guevarista Internacional para junio de 2008. Celia nos volvió a escribir. Nos contó que la habían invitado para inaugurar un monumento oficial al Che en la ciudad de Rosario (Argentina), donde junto a sectores de izquierda también concurrirían otros afines al gobierno de Kirchner y a corrientes de la socialdemocracia local. Según ella nos dijo, no aceptó aquella invitación. Nos aclaró que ella no buscaba lucirse haciendo "portación de apellido prestigioso". Tampoco quería contactos oficiales del gobierno argentino ni le interesaban. Optó por apoyar la iniciativa del Seminario Guevarista Internacional pero con un planteo propio. Se ofreció a participar personalmente (viaje que no se pudo concretar pues los organizadores no oficiales no contaban con dinero para su pasaje) y además prometió batallar por convencer a los numerosos nucleamientos inspirados en el trotskismo para que apoyen la movida que se hacía en defensa del Che y de la revolución cubana. Le aclaramos que probablemente esas organizaciones no apoyarían, pero ella insistió y trató de convencerlos. Así se lo hizo saber a varios compañeros a quienes les envió cartas con sus reclamos. Delante de varias organizaciones piqueteras leímos su adhesión al evento, con gran entusiasmo.

¿Por qué Celia apoyó esta otra iniciativa? ¿Habrá sido por amistad personal? Sinceramente no lo creo. Estoy seguro que también tenía muchos amigos y admiradores en las filas afines al acto oficial. Quizás nos equivoquemos, pero sospechamos que su intención apuntaba siempre a sacar al Che del póster y la estatua, para recuperarlo como quien fue realmente, alguien indomesticable, que no generaba suspiros condescendientes o nostálgicos sino enojos, diatribas e incomodidades en la sociedad oficial y en las corrientes reformistas que tanto lo denostaron.

En la última conversación que mantuvimos antes de este desafortunado accidente, Celia me llamó por teléfono desde Buenos Aires. Había estado pocos días en Argentina. Cuando me dijo que no iba a poder participar esta vez de la Cátedra Che Guevara la insulté cariñosamente, dada la confianza mutua que teníamos. Pegó una carcajada. Volvió a pedir disculpas y de ahí en más la conversación derivó hacia los problemas de la política argentina y el debate latinoamericano sobre la insurgencia colombiana y los ataques de Uribe. Celia tampoco vaciló en ese tema. Empezó con el entusiasmo de siempre a defender a los hermanos y hermanas de las FARC colombianas y nos planteó su convencimiento de que hoy más que nunca la izquierda latinoamericana en sus diferentes variantes y grupos debería apoyar a la insurgencia. La interrumpimos recordándole que los teléfonos en Argentina están intervenidos por la policía y no convenía discutir sobre ese tema de esa manera. Se rió mucho cuando le dije que recordara que no estaba en Cuba, y que era mejor que retomara las prácticas de los tiempos en que su mamá y su papá tenían que cuidarse de los cuerpos represivos y de inteligencia. Ese fue nuestro último diálogo, hace apenas pocos días.

Así fue siempre Celia. Un tanque vietnamita ingresando en la embajada yanqui, un tanque soviético tomando por asalto Berlín. ¡Imparable! Nada la detenía. Un huracán de energía militante.

Nunca asumió ni le interesó una posición "decorativa". Podría haber vivido cómoda, disfrutando, ajena a la política, de sus apellidos prestigiosos. Esa opción no la sedujo en lo más mínimo. Es más, estoy seguro que la despreciaba. Siempre su interés era militante, incluso si eso le traía "problemas" por los líos en que se metía. Sus palabras preferidas no eran "a ver cuando nos tomamos unos tragos" (aunque también los hemos tomado) sino que priorizaba invariablemente el debate político, las tareas, los desafíos militantes a escala continental, sin perder el humanismo cotidiano.

Nada de nostalgia por el pasado, toda la voluntad puesta hacia adelante. Quizás por eso Celia amaba tanto a Julio Antonio Mella, quien alguna vez escribió "Todo tiempo futuro tiene que ser mejor".

Muy lejos geográficamente de Celia pero siempre muy cerca suyo en el corazón y en los ideales, le enviamos un abrazo enorme a su papá Armando Hart, a sus hijos, a toda su familia, a sus compañeros de Cuba y de todo el mundo, que tanto la quisieron y la querrán.

¡Querida compañera Celia, hasta la victoria siempre!

Buenos Aires, 8 de septiembre de 2008

Palabras de amor para la Celia Hart que conocí, in memoriam
Elogio de la insumisión
Hay noticias que a uno le gustaría no creer de lo dolorosas que son. Un amigo muy querido me comunica por correo electrónico la muerte de Celia Hart en un estúpido accidente de tráfico ocurrido en el barrio habanero de Miramar, en Tercera y 46. Iba en el auto con su hermano Abel, que también ha fallecido. ¡Qué terrible destino el de esta familia legendaria, tan ligada a la Revolución cubana, cuyas citas con la muerte son cualquier cosa menos apacibles! Hace unos años relaté en breves palabras mi encuentro fortuito con Celia Hart en el Palacio de Convenciones de La Habana. Fue entonces cuando planeamos una entrevista que luego publicaríamos en Rebelión, en la cual se mostró tal cual era, indómita e insumisa, como deben ser los auténticos revolucionarios. Aquél fue asimismo el inicio de una buena amistad que se fue prolongando de forma intermitente por el ciberespacio, al hilo de nuestros escritos. Era, sin duda, una mujer generosa, que disfrutaba halagando el ego de sus amigos escritores con palabras cargadas de ese hermoso desenfado tropical que sólo existe en Cuba, y también lo suficientemente humilde como para no tomarse en serio la valiosa contribución de su propia pluma.

Trotskista

Ha muerto la revolucionaria cubana Celia Hart Santamaría (1962-2008)


escrito por Alan Woods
lunes, 08 de septiembre de 2008

celia_portada.jpgRecién tuvimos conocimiento de la trágica noticia de la muerte en accidente de tráfico de Celia Hart Santamaría, 45 años de edad, y Abel Hart Santamaría, 48 años, hijos de Armando Hart Dávalos y Haydée Santamaría.

El accidente ocurrió la tarde del domingo 7 de septiembre en el distrito Miramar de La Habana. No conocemos los detalles pero parece que el auto chocó contra un árbol. Puede que las malas condiciones provocadas por el reciente huracán tuviesen algo que ver.

Los cuerpos de Celia y Abel fueron llevados al Funeral Rivero, Calzada y K, desde donde salió un desfile funerario hacia el cementerio Colón, donde fueron enterrados hoy a las 10 de la mañana hora local.

Celia Hart procede de una familia de veteranos revolucionarios cubanos que lucharon contra el dictador Batista junto con Fidel Castro. Celia Hart ha sido una sincera defensora de la herencia política y revolucionaria de León Trotsky. Sus artículos sobre este tema, que se han publicado en las páginas web de la Corriente Marxista Internacional (entre otras: El Militante-España, El Militante-Argentina y www.marxist.com), provocaron un intenso debate sobre la cuestión de Trotsky tanto en Cuba como internacionalmente.

Celia Hart nació en enero de 1962, justo unos meses después de la crisis de los misiles cubanos. Su madre, Haydée Santamaría ("la persona más extraordinaria que he conocido nunca") fue una revolucionaria desde sus primeros días y participó junto a Fidel Castro en el famoso asalto al Cuartel de la Moncada, donde perdió a su hermano y a su novio.

Armando Hart, su padre, comenzó sus actividades políticas por un camino diferente: en los oscuros días de la dictadura de Batista, cuando, como joven abogado, comenzó su agitación política y se convirtió en un dirigente estudiantil en la universidad. Fue miembro del Movimiento Nacional Revolucionario dirigido por García Barcena, un profesor universitario que se oponía a Batista y que fue encarcelado justo antes del asalto al Cuartel de la Moncada.

Armando Hart y Haydée Santamaría se dedicaron a la causa revolucionaria y lucharon junto con Fidel Castro y el Che Guevara. Cuando Batista finalmente fue derrocado, Armando se convirtió en el primer Ministro de Educación de la Revolución y Haydée Santamaría fue nombrada Presidenta de la Casa de las Américas, en realidad fundada por ella.

Haydée siempre se opuso a la "sovietización", es decir, al intento de imponer en Cuba una rígida burocracia estalinista y, al pensamiento y metodología dogmáticos. En la Casa de las Américas no había espacio para el dogmatismo ni para el presunto realismo socialista. Ella estuvo junto a una verdadera galaxia de talentos: Benedetti, Mariano Rodríguez y otros. Trágicamente, se suicidó en 1980. Por su parte, Armando Hart tuvo una brillante carrera intelectual y, en la actualidad, después de más de vienta años como Ministro de Cultura cubano, está a cargo de la Oficina del Programa Martiano.

En las propias palabras de Celia: "Crecí en el ojo del huracán, entre la tremenda pasión de mi madre y la inteligencia y devoción por el estudio de mi padre, los dos firmemente insertados en la vida política de Cuba". En 1980, un mes antes del suicidio de su madre, Celia decidió estudiar física en la Universidad de La Habana. Dos años después fue enviada a terminar sus estudios a la Universidad de Dresden, en la ex-República Democrática Alemana.

Celia continuó sus estudios hasta graduarse en 1987, la primera mujer extranjera que se graduó en esta facultad. Después regresó a La Habana donde trabajó hasta hace un año en la universidad, publicando aproximadamente 15 obras especializadas en magnetismo superconductividad. También participó en aproximadamente media docena de congresos en Italia, Brasil y Argentina.

Hablando sobre este período de su vida, Celia me dijo:

"En 2004 se suponía que debía terminar mi doctorado en Físicas, pero yo estaba poniendo el toque final a una obra sobre Filosofía, como parte de mi doctorado, y me di cuenta de que mi gran amor por la física no era un fin en sí mismo, sino sólo un medio para un fin".

Y continuaba:

"Durante mi estancia en la República Democrática Alemana, me di cuenta de que había una contradicción entre la inevitabilidad del socialismo para luchar por un mundo mejor y la burocracia, la asfixia de toda iniciativa y la apatía que encontré en ese país, a pesar de las buenas condiciones de vida. Me repelían las excesivas imágenes de Honecker que encontraba en cada ventana".

De esta manera, lenta pero segura, se preparó el terreno para la transición de Celia al trotskismo, que describía con las siguientes palabras:

"En 1985 regresé a Cuba de vacaciones y confesé a mi padre mis sentimientos de absoluta desesperación. En respuesta, mi padre abrió un armario y sacó cuatro libros: los tres volúmenes de la biografía de Trotsky escrita por Isaac Deutscher y La revolución traicionada de Trotsky. Devoré estos libros, pero hasta unos pocos meses después no tuve oportunidad de leer el resto de las obras de Trotsky".

"Desde ese momento", continúa Celia, "todo comenzó a ocupar su lugar como las piezas de un rompecabezas. Comprendí cómo la revolución rusa, y no sólo la revolución rusa, había sido traicionada y millones de compañeros habían sido engañados".

Sin embargo, ninguna de las obras de Celia fue publicada en Cuba, excepto un prólogo a un libro escrito por su madre titulado: Haydée habla del Moncada. Sus escritos fueron publicados por primera vez en la página web de El Militante y en Marxist.com (ver La bandera sobre Coyoacán) y también en la revista española Marxismo Hoy. Más tarde publicamos un libro con sus escritos en castellano titulado: Apuntes revolucionarios, que fue introducido al público en España y Cuba por la Fundación Federico Engels.

Los compañeros de la Corriente Marxista Internacional (CMI) fueron los primeros que contactaron con Celia Hart y le dieron la oportunidad de entrar en contacto con el trotskismo internacional. Asistió a nuestro congreso mundial de 2004 y tuvo intensas discusiones con los compañeros. Poco después ella escribía:

"Acabo de regresar después de asistir al congreso internacional de la corriente marxista. Fue para mí una experiencia muy importante. Encontré a algunos compañeros maravillosos de Pakistán, Israel, España, EEUU... Y vi que no estoy sola, que las mismas ideas que yo defiendo están por todo el mundo. Estas son las ideas del futuro. Agradezco a todos los compañeros por el verano más feliz de mi vida.

"Se abre para mí un nuevo y excitante capítulo. Es un sentimiento muy extraño. Hace menos de un año era investigadora en física en la Universidad de La Habana. Ahora no sé cuál es el futuro. Pero he comprendido que la ciencia y el método científico, es el mejor método con el que se puede poner en práctica esta apasionada lucha revolucionaria".

Desde entonces Celia ha estado en contacto regular con la CMI y ha hablado en nuestras reuniones en distintos países. En febrero de este año habló en la primera presentación en Cuba de La revolución Traicionada de Trotsky, en la Feria del Libro de La Habana, organizada por la Fundación Federico Engels con más de 100 personas en la sala.

Celia Hart siempre fue muy apasionada en sus ideas y en la lucha por el socialismo. Tuvimos muchas discusiones con ella, a veces llegando a un acuerdo, otras veces no, pero en todos nuestros encuentros siempre reinó un sentimiento de camaradería y amistad, siempre hablaba muy cariñosamente sobre El Militante y la CMI.

Más recientemente habló en un acto muy exitoso con 200 personas en Montreal, el 28 de mayo de este año, que organizamos conjuntamente. Al día siguiente hubo una reunión sobre La Revolución Permanente organizada por la CMI donde ella también habló. Por lo que ese fue su último acto público con nosotros, aunque habíamos planeado invitarla para que hablara en la presentación de mi nuevo libro Reformismo o Revolución en la Feria del Libro de La Habana en febrero del próximo año.

Desgraciadamente no va a poder ser. Un cruel accidente nos ha arrebatado a una amiga y compañera muy valiosa y querida. Pero su memoria vive en los corazones y en las mentes de todos aquellos que la conocimos. Y sobre todo, las ideas que defendimos juntos viven y serán más fuertes cada día. Este es el mejor monumento conmemorativo que habría deseado Celia Hart.

¡Adiós compañera Celia! ¡Continuaremos la lucha!

¡Hasta la victoria siempre!

Alan Woods, Londres, 8 de septiembre de 2008



Mensaje de condolencia enviado por la Fundación Federico Engels

A la atención de Graciela

Estimada compañera:

Acabamos de recibir la trágica noticia de la muerte de Celia y Abel, a los que tuvimos la gran suerte de conocer.

Es muy difícil transmitir lo que sentimos en estos momentos tan difíciles. Durante los años transcurridos desde que los conocimos fueron muchas las vivencias, proyectos, anécdotas, conversaciones... en La Habana, en Madrid, en Barcelona, que compartimos en común y que jamás se borrarán de nuestra memoria. Celia supuso para todos nosotros una bocanada inacabable de entusiasmo y confianza en el futuro socialista de la humanidad. Sus artículos y trabajos, parte de los cuales tuvimos la gran suerte de poder editar, quedarán como un tributo imborrable de su lucha revolucionaria.

Si hay algo que Celia sabía transmitir, y cualquiera captaba al instante de conocerla, era su pasión por la revolución. La lucha contra el imperialismo y por la revolución socialista hervía en su sangre y la llenaban de una energía contagiosa. Ese es también nuestro compromiso y nuestro mejor homenaje para ella.

En nombre de todos los compañeros de la Fundación Federico Engels y de la Corriente Marxista El Militante os queremos hacer llegar nuestro más sincero pésame a los familiares, amigos y compañeros de lucha, y muy en particular a su padre Armando Hart y a sus hijos José Julián y Ernesto.

Te pedimos que hagas llegar este mensaje a Armando Hart y a los hijos de Celia.

Un fuerte abrazo

Juan Ignacio Ramos
Presidente de la Fundación Federico Engels



Mensaje de condolencia enviado por In Defence of Marxism

Querida Graciela,

Acabamos de recibir la trágica noticia de la muerte de Celia y Abel. Tuvimos el privilegio de conocer a Celia y compartir sus ideas, tanto en Cuba como en España y en otros lugares de Europa. Pasamos largas horas de conversación y discusión. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros, y especialmente a su padre Armando Hart y a sus hijos Julián y Ernesto.

Es difícil encontrar palabras para describir lo que sentimos en este trágico momento. Nos comprometemos a continuar la lucha por el futuro socialista de la humanidad en el que creía tan apasionadamente Celia.

Nos gustaría que envíes este mensaje a Armando Hart y a los hijos de Celia.

Saludos afectuosos,

Alan Woods, Jordi Martorell y todos los compañeros de la Corriente Marxista Internacional y de la Fundación Federico Engels.



ENTREVISTA CON CELIA HART PUBLICADA EN "EL MILITANTE" EN JULIO DE 2007

enlace:

“¡Cómo puede uno no ser trotskista dentro de la Revolución Cubana!”

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declaración de James Petras:

(fuente radio CX36 Montevideo_Uruguay )

Quiero decir varias cosas, sólo sobre Celia porque sus padres ya son ampliamente conocidos.

Celia en sí misa era una gran creadora, una gran revolucionaria, que ha escrito ensayos muy importantes, debatiendo sobre los problemas contemporáneos del socialismo.

Era una mujer muy apasionada, pero a la vez razonable y lógica. Era una combinación de científica y romántica, poeta y gran analista política, con grandes tradiciones que ella abrazaba, del marxismo abierto, comprometido e internacionalista.

No tenía problemas de hacer críticas de las grandes figuras de la Revolución, peor también no daba ningún espacio a cualquier contrarrevolucionario reformista o revisionista.

Yo mantuve un permanente intercambio muy fructífero con ella por más de una década, intercambiamos ideas, a veces diferencias, pero siempre reconozco el gran compromiso que tenía, el gran amor que tenía por el proceso de lucha de los pueblos, en distintas regiones del mundo.

Era internacionalista no sólo de palabra. Viajaba. Nos encontramos en Brasil con los Sin Tierra, en Ecuador para acompañar la lucha indígena, seguía y reivindicaba las ideas de Luxemburgo, de Che Guevara y los demás. Tuvo gran respeto por Marulanda y por Chávez.

Pero en su propio mundo, en la propia Cuba, ella elaboraba una comprensión del Socialismo que planteaba la democracia del poder popular en el eje de proceso de renovación y profundización.

No hay una persona que yo haya conocido en Cuba, tan abierta, y siempre aprendiendo no sólo de los textos sino de las realidades prácticas que encontraba en la vida cotidiana.

Hemos perdido una gran revolucionaria, no sólo por ser hija de Armando Hart y Haydé Santamaría, sino por el hecho de que Celia misma era un referente para las nuevas generaciones en los debates de Cuba, una marxista y abierta.


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Friday, September 05, 2008



NO ATENTÉIS CONTRA EL POETA ERNESTO

CARDENAL


Los dictadores de tiempo completo son (afortunadamente) unos seres torpes, caprichosos y tan presumidos que creen merecerlo todo, sin distingo entre la admiración y la desvergüenza. Vienen a este mundo a cumplir una tarea “histórica” y nadie podrá impedirles que la ejecuten hasta sus últimas consecuencias –aun a riesgo de volverse caricaturas de sí mismos. Incluso, están dispuestos a olvidar que en sus juventudes fueron justos, valientes, y que no temblaron de miedo cuando decidieron enfrentarse al tirano anterior, jugándose la vida en cada emboscada a la muerte. En la vanguardia de sus generaciones, se van alejando de la realidad paso a paso, hasta quedar a mucha distancia de la tropa, en una soledad espantosa: acaban refugiados en alguna mansión de los burgueses derrotados, con la moral hecha trizas, al mando de una escuadra de súbditos incondicionales. Al asumir el mando, pierden la cabeza. Es el mareo de la gloria, el vértigo de una soberana sinrazón. Algunos, los peores, violan a sus hijastras.

Malaconsejados por asesores sumisos, los nuevos mandones suponen que cuentan con el aval de la Patria y el apoyo incondicional de sus pueblos. Hacen y deshacen, por antojo. Nada ni nadie los detiene. Para los déspotas, lo peligroso de ejercitar el poder sin contrapesos no es que acaben sordos, ciegos o delirantes: ese sería un final casi lógico. El riesgo radica en la latente posibilidad de hacer el ridículo en público. Entonces, encuentran lugar de honor en la Historia Universal de la Sandez Humana. Repito: por fortuna son obtusos, cambiantes y tan creídos que meten la pata con tranquilizadora frecuencia –si no, nos iría muchísimo peor. Un déspota hábil, sereno y sensato acabaría siendo un demonio temible. Pienso en el comandante Daniel Ortega, presidente constitucional de Nicaragua, quien en un momento de debilidad mental extrema arregló las piezas del ajedrez político para conseguir que un notario de su corte reabriera un juicio contra Ernesto Cardenal y condenara al poeta a pagar una fachosa multa de mil veinticinco dólares. Si no, prisión domiciliaria.

¿Por qué? Por un supuesto delito de injurias y calumnias contra el ciudadano alemán Inmanuel Zerger y su voluntariosa esposa, a propósito de un viejo litigio de propiedad relacionado con un hotel de tres estrellas en el hermoso archipiélago de Solentiname. Cardenal lo ve así: la sentencia “es simplemente una venganza de Daniel Ortega por la acogida que tuve en Paraguay durante la toma de posesión del presidente (Fernando) Lugo, mientras a él se le impidió llegar. Si me quieren echar preso –y en este sistema que hay ahora en Nicaragua todo es posible– estoy listo para ir a la cárcel”. Ante la rebeldía del escritor, el juez David Rojas, el elegido por Ortega, en declaraciones a un diario local negó cualquier cariz político en el ajuste de cuentas y le instó a cumplir el fallo o amenazó con tomar medidas precautelares en su contra: “Yo lo único que puedo decir es que le hago un llamado al poeta Cardenal que por favor, así como nos ha regalado lindos versos, que también sea un ciudadano modelo y cumpla con nuestras leyes”, dijo el magistrado. Dos días después, renunció a seguir a cargo del pleito.

“De este sistema judicial no podés esperar otras cosas, sobre todo cuando responde a intereses políticos de Daniel Ortega”, dijo el novelista Sergio Ramírez Mercado, ex vicepresidente de Nicaragua. “Se trata de una manifiesta manipulación de los tribunales, lo cual debe ser causa de aflicción para el país, porque se trata de una acción temeraria en contra de una figura que tiene una relevancia mundial”. A renglón seguido, Sergio Ramírez leyó una carta suscrita por cerca de sesenta escritores hispanoamericanos, en la que se solidarizan con Cardenal. “Toda mi solidaridad para Ernesto Cardenal, gran poeta, espléndida persona, hermano mío del alma, contra esta infame condena de un juez infame al servicio de un infame Gobierno”, dijo el uruguayo Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina.

El Premio Nobel de Literatura José Saramago hizo público su rechazo: “Ernesto Cardenal, uno de los más extraordinarios hombres que el sol calienta, ha sido víctima de la mala conciencia de un Daniel Ortega indigno de su propio pasado (…). Una vez más, una revolución ha sido traicionada desde dentro”.

Al firmar la carta, yo recordaba estos versos de Cardenal, escritos desde una cárcel de Somoza: Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido/ ni asiste a sus mítines/ ni se sienta en la mesa con los gángsters/ ni con los Generales en el Consejo de Guerra/ Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano/ ni delata a su compañero de colegio/ Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales/ ni escucha sus radios/ ni cree en sus slogans/Será como un árbol plantado junto a una fuente.

¿No habrá nadie que se los lea al comandante Ortega en su palacio?











SALMO 5

Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes

Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
son las bayonetas...
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas

A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados.





Wednesday, September 03, 2008

Diálogo de Pedro y Satanás en el Infierno sobre el "caso Marx"

SinPermiso


Para Adolfo Gilly, en recuerdo del 25 de agosto de 2008

Habían transcurrido incontables eones sin comunicación oficial entre el Cielo y el Infierno. La terrenal decisión de Benedicto XVI de abolir el Limbo interrumpió esa veneranda tradición. Luego de que Marx hubiera salido del Limbo del olvido e ingresado en el Infierno, Pedro recibió esta comunicación urgente de Satanás:

"Caso Marx.- Situación insostenible en el Infierno. Este hijo de puta ha destruido en unos pocos años nuestra paz y nuestro ancestral orden social. Organizó, primero, la lucha de los diabluelos productores de azufre y carbón, de los fogoneros, de los transportistas, de los trabajadores en las plantas de bienes, digo de males, de equipo, y aun de los torturadores y de los carceleros, todos los cuales, con medios inauditos y despreciables, como huelgas, asambleas, panfletos y grafiti irreverentes, han logrado jornadas laborales mucho más cortas y unos salarios a tal punto altos, que ponen en serio peligro la competitividad y la productividad de las empresas infernales. Estimulados por el ejemplo, y avivados sin duda por las continuas interrupciones experimentadas en su merecido castigo, los condenados a eterno tormento se han organizado también; por lo pronto, en una lucha por los derechos humanos universales, para pasar, enseguida, a una crítica subversiva y devastadora de la llamada 'Economía Política del Infierno'. Una crítica que apunta a los propios cimientos de nuestra infernal civilización, poniendo en cuestión el sentido mismo de nuestra modernísima economía productiva (combustibles fósiles y nucleares, aparejos de tortura, aperos y utensilios varios de desolación y aflicción, ultraavanzados fármacos potenciadores del dolor y depotenciadores del consuelo, sofisticadas drogas inhibidoras de la reflexión y de la compasión, tecnologías varias de devastación química, bacteriológica y radioactiva, refinados instrumentos financieros generadores de eterna servidumbre por deudas y no menos refinados medios de desinformación masiva), además, claro está, de poner en cuestión el modo que tenemos de producir todo eso (mercados libres totalmente desregulados con monopolios que campan libérrimamente a sus anchas, empresas privadas capitaneadas todas por un verdadero dominus ab legibus solutus, mercados especulativos de mercancías a término hábilmente concebidos para hinchar la burbuja de los precios de los alimentos y dar tormento por hambre a la infernal muchedumbre, etc.). En su indecible osadía, Marx ha llegado a sugerir que el bochorno espléndidamente irrespirable del Infierno, lejos de ser un fenómeno natural que, decretado por el Cielo, pertenece a la esencia misma de nuestro inframundo, es un mero subproducto histórico del calentamiento global y del cambio climático inducido por las irracionales e inhumanas prácticas productivas, especulativas y publicitarias de nuestras infernales empresas. Tampoco se priva de desacreditarme de manera humillante, afirmando de continuo que yo mismo – ¡yo, Satanás!— no soy sino un 'pobre diablo', a lo sumo un valedor político de los intereses de esas empresas, cooptado antidemocráticamente por ellas: casi nadie cree ya aquí que sea yo 'Caudillo del Infierno por la gracia de Dios'. Y ahora está anunciada una Asamblea general que habrá de reunir a diabluelos asalariados y a condenados a eterno tormento, bajo la divisa: 'También en el Infierno hay Esperanza; otro mundo no infernal es perfectamente posible'. No tengo medios para reprimirla. Pero te digo, Pedro, que nuestra infernal civilización está en grave peligro. Espero instrucciones celestiales."

Olímpico y celestialmente displicente, pero consciente del peligro, Pedro se limitó a tramitar al Infierno una orden de ingreso de Marx en el Cielo: "Que suba".

Pasado un tiempo, y cosa insólita, Pedro bajó personalmente al Infierno a entrevistarse en secreto con el mismísmo Satanás:

- "Ya veo que en el Infierno las cosas han vuelto a la normalidad, Satanás. Pero la situación allá Arriba es insostenible. Este hijo de puta está acabando con el mismísimo Cielo. Empezó a agitar a las almas beatas para que sean devueltas a la carnalidad y al sentido del goce terrenal. No contento con eso, ha comenzado una campaña –que llama "desalienadora"— entre los ángeles para que recuperen el sexo, para que puedan elegir el que les venga en gana y aun para que lo practiquen según les acomode. En su pérfida demagogia, ni siquiera se ha privado de comparar con desventaja nuestro paraíso celestial de almas bienaventuradas con la feroz carnalidad y el descarnado hedonismo del paraíso musulmán. Y ahora pretende una Asamblea General Celeste de inconfundible tufo populista, a fin de acabar con unas jerarquías establecidas desde eones inmemoriales, y reorganizarlo democráticamente todo de abajo arriba. La demasía de este tipejo no conoce límites: da a entender que el Cielo trata al Infierno como a una colonia, que lo explota, lo oprime y vive a su costa; es más, que sois Infierno, precisamente por ser colonia nuestra, no por merecimientos propios. Piensa, Satanás, qué pasaría, por ejemplo, si en esa Asamblea se airearan demagógicamente los gigantescos paquetes de acciones que algunas probas almas empresariales beatas tienen, para su merecido solaz celestial, en las empresas infernales. Me horroriza pensar que de esa Asamblea saliera una 'Crítica de la Economía Política del Cielo y del Infierno' El caso es, colega Satanás, que no tenemos allá Arriba posibilidades de reprimirla. He intentado disuadir a Marx por todos los medios, incluso amenazándole veladamente con el regreso al Infierno. Pero te confieso que tuve que interrumpir esas conversaciones en el delicado momento en que la elocuencia y el diabólico –ya me perdonarás— poder de persuasión de este judío de mierda comenzaban a hacerme mella."

- "Si lo que estás sugiriendo, Pedro, es devolver a Marx al Infierno, me niego en redondo. Más peligrosa aún que la destrucción del Cielo sería la destrucción del Infierno. Hay que buscar otra solución. Te sugiero organizar una cumbre al más alto nivel, con Dios y conmigo. Si lo consideras necesario, invitando a Alá; yo no pondría objeciones. ¿Qué opinas?"

- "¿Dios? ¿Alá? ¡Pobre diablo! ¡Si no existen!"

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